¿Cuáles son las claves del éxito de la Lotería de Navidad?
La venta de Lotería de Navidad representa casi la mitad del volumen total de décimos que se vende en todo el año. Los españoles se gastaron en 2016 una media de 60 euros en boletos. ¿Pero cuál es el secreto para que todo el mundo quiera comprar y participar en este sorteo?
La lotería española es un modelo en todo el mundo. Cuenta con tanto arraigo y participación que resulta ser una de las instituciones que más unen a los españoles. En madera de boj y con dígitos grabados al fuego, con 18,8 milímetros de diámetro y 3 gramos de peso: así son las bolas que dan y quitan la suerte a lo largo del año en la Lotería Nacional y, ante todo, en los sorteos extraordinarios de Navidad –el Gordo- y el Niño. La lotería española tiene un éxito tan masivo y transversal en todas las capas de población que ya hay instancias que piden la declaración del décimo como patrimonio cultural ante la aparición de nuevas formas de lotería.
La lotería llegó a España en tiempos de Carlos III –quien también alentó otro tipismo navideño: los belenes- y fue impulsada por los Gobiernos a partir de la Guerra de la Independencia para nutrir la hacienda pública. El primer sorteo se celebró el 18 de diciembre de 1812. El nombre de “Sorteo de Navidad” llegó en 1892. Los “niños de San Ildefonso” han sido los encargados de cantar los números desde el primer sorteo. En la actualidad, cada 22 de diciembre la ilusión vuelve a los hogares españoles con un premio máximo de 4 millones de euros.
Altas posibilidades de recuperar lo invertido
En Navidad casi el 70% de los españoles, alrededor de 25 millones de personas, compran algún décimo a pesar de lo difícil que resulta ser el agraciado con un boleto premiado. De los que no juegan, uno es porque no puede, y dos porque no quieren. Por ello, en lo que coinciden la mayoría de los expertos es que la Lotería de Navidad es un fenómeno digno de estudio por la expectación y la participación que genera en la sociedad a pesar de que la probabilidad de que a un jugador le toque “El Gordo” es del 0,001%. ¿Dónde está el truco? Las posibilidades de recuperar lo invertido son bastante más altas (15%).
Desde entonces, el 22 de diciembre marca el comienzo de la Navidad y habla de otras tradiciones: el juego en peña, los abonos a números (que pasan de padres a hijos), el apego a ciertas administraciones de lotería como Doña Manolita en Madrid o La Bruixa d’Or en Sort (Lérida). Hay quienes están abonados al número de su fecha de nacimiento, del de sus hijos, sus nietos o su boda y hay otros que cada año prueban suerte comprando los números de los acontecimientos más importantes del año. De esta forma, el 00155, número del artículo de la Constitución que el Gobierno ha aplicado en Cataluña, se ha convertido en el más buscado. Ha sido tal la demanda que en pocos días se agotó en las administraciones que los distribuían como Doña Manolita, La Bruja de Oro o El Pescador en Las Palmas.
El enorme éxito de la lotería en España no sólo ha hecho a la lotería española un referente en todo el mundo, sino que ha aminorado aquí las críticas que suelen recibir las loterías en general: el fomento del juego y, por consiguiente, de la ludopatía y, ante todo, el aprovechamiento a efectos recaudatorios, por parte del Estado, de los ingresos de las capas económicamente más débiles, que por norma general son las que mayor porcentaje de sus recursos destinan a estos juegos.
El periodo de venta de este sorteo es el más largo del año, ya que las administraciones reciben los números las primeras semanas de julio. La cantidad a distribuir en premios es del 80% del importe total de los billetes de que consta cada sorteo, quedando el 20% restante a favor del Estado. El Tesoro Público ingresó en 2016 exactamente 1.572 millones de euros del organismo público Loterías y Apuestas del Estado.
Se ha convertido en una cuestión social
Según los últimos datos del CIS, los españoles son los europeos que “más juegan a la lotería a pesar de la crisis”. El consumo continuado se debe a la “tendencia generalizada en España de comprar y compartir décimos de lotería en compañía”. Según algunos sociólogos, la lotería trasciende al puro valor económico para transformarse en una cuestión social y “contribuye a fortalecer el tejido asociativo de la sociedad, como ocurre con el reparto e intercambio de participaciones durante las fechas navideñas. Asimismo, en España se juega también para “reforzar lazos de amistad, parentesco y confianza personal”.
Más del cincuenta por ciento de los españoles consideran necesario, como mínimo, tener dos décimos premiados con El Gordo (800.000 euros) para dejar de trabajar. Como es sabido, por paradójico que parezca, una súbita invasión de millones, con el consiguiente cambio drástico de estilo de vida, puede generar grandes crisis personales. Son numerosos los testimonios. Los expertos recomiendan escalonar el ascenso en ritmo de vida, diversificar las inversiones, llevar cuenta de los gastos y aprovechar para el ahorro. La crisis económica se hizo notar bajando la venta de lotería. Así se desmintió la teoría de que, en tiempo de crisis, se recurre más al juego.
En la ciudad de Soria gastan más de 200 euros por persona en lotería y en Lérida están en 197, sobre todo por la administración de Sort. Cada español ha gastado este año más de sesenta euros de media en lotería. El sector supone cerca del 1,5% del PIB –uno de los mayores consumos per cápita del mundo-.
La probabilidad de obtener El Gordo es de una entre 85.000, 10% de que toque el reintegro y menos del 6% de conseguir premio en la ‘pedrea’. El 40% de los billetes se compra en los diez días anteriores al 22 de diciembre.
El viejo arraigo de la lotería no excluye la novedad. Véanse, del famoso ‘calvo’ de la lotería en adelante, los esfuerzos publicitarios, redoblados con el éxito de hacer entrega de los premios con el modelo ‘gran talón’. Y véanse también los nuevos riesgos: las estafas por internet utilizando el nombre de Loterías y Apuestas del Estado.
La teoría de la “envidia preventiva”
Varios expertos han investigado a fondo el fenómeno de la Lotería de Navidad en España. En uno de sus últimos estudios ha concluido que el 44% de los compradores reconocen que preferirían no comprarla.
Pero existe un elemento de coacción social en la compra de lotería. Todo el mundo se siente obligado a jugar, es algo así como una “envidia preventiva”, es decir, juego para evitar que le toque al vecino y no a mí.
El “consumo social” de la Lotería
Para entender también el éxito de la Lotería de Navidad desde una perspectiva social, hay que aludir al “consumo social”. Lo que diferencia la lotería navideña del resto de sorteos es el tipo de consumo que hace la sociedad. Así, en juegos como la Bonoloto, o la Primitiva, la gente hace un consumo práctico o racional, pensando en el premio que le puede tocar. En este otro “influyen también el cálculo o la emoción por el dinero a ganar”. En el Gordo de Navidad, impera el llamado “consumo social”, en el que para pertenecer a un estamento de personas, a una sociedad, debes imitar y participar de sus tradiciones y rituales”.
La Lotería de Navidad se ha convertido, en este sentido, en una herramienta de socialización, ya que todo el mundo juega y espera que el otro participe. En ese sentido, quien no compra esos boletos queda fuera de la gran mayoría, y no puede interactuar con los demás compartiendo números, participaciones, etc. Por ese motivo, el anuncio del sorteo de Navidad suele poner el énfasis en que lo más importante es compartir la ilusión. La cultura más comunitaria de España hace que el Gordo de Navidad tenga tanto éxito. Pasa lo mismo en Italia, que es otro país con una sociabilidad elevada. En el norte de Europa, sin embargo, son mucho más individualistas y por eso este tipo de sorteos no triunfan.
El éxito se debe a la tradición
Pero si hay un colectivo que conoce especialmente las causas del éxito popular de la Lotería son los propios vendedores. Según la gerente de una de las administraciones situadas en el centro de Madrid, y que ha entregado varios premios importantes en la última década, hay una palabra concreta que define a la Lotería de Navidad: “tradición”.
“Es como poner el árbol de Navidad, el Belén, comer los primeros turrones… la Lotería de Navidad es un acontecimiento navideño que muchos recuerdan desde que eran chiquitos. Es una tradición más, que ha pasado de abuelos a padres y de estos a hijos” asegura.
“Hay clientes que todos los años vienen antes del verano para reservar su Lotería. Muchos juegan el mismo número todos los años, y suelen comprar unos 200 euros que luego reparten entre familia y amigos” explica esta lotera con más de 30 años de experiencia a sus espaldas. Preguntada sobre si la crisis supuso una disminución de la participación, lo niega: “aquí se vende más o menos lo mismo todos los años. La gente no deja de jugar”.