¿Es Cristina Cifuentes la solución del PP?
Cristina Cifuentes ha sido nombrada, por la dirección nacional del PP, presidenta de la gestora que se hará cargo del partido en Madrid hasta el próximo congreso regional tras la dimisión de Esperanza Aguirre. Una designación que le hace ganar más poder orgánico y, a la vez, le deja abiertas todas las puertas para dar el salto a la política nacional.
Ese paso es el último que le queda dar a Cifuentes. La dirigente autonómica, además, nunca ha descartado realizarlo cuando se le pregunta por las quinielas que le sitúan a ella como una de las posibles sucesoras de Mariano Rajoy al frente del PP.
Su trayectoria, desde luego, invita a pensar que puede subir ese escalón final. Y en el partido también la están facilitando las cosas para que, si así lo decide, aspire a la presidencia del PP en un futuro próximo.
De hecho, tal y como se ha contado en estas páginas, la decisión de Génova de situarla al frente gestora en Madrid, y no hacerla presidenta de la ejecutiva regional como sucesora de Aguirre, permite a Cifuentes poder elegir, a corto plazo y hasta la celebración del congreso nacional, si continúa en Madrid o aspira a presidir el PP nacional.
Dos décadas de ascenso imparable
Los inicios de Cifuentes en política se remontan a 1991, cuando obtuvo por primera vez escaño en la Asamblea de Madrid tras las autonómicas celebradas ese año. Desde entonces, enlazó seis legislaturas consecutivas como diputada regional, incluidas las de los gobiernos de Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre.
En ese periodo, el PP regional contó con ella para distintos cargos dentro de la Asamblea, como las portavocías de Presidencia, Justicia e Interior; Educación, Vigilancia de las Contrataciones, Cultura y Control del Ente Público Radio Televisión Madrid y también la del propio grupo parlamentario. Además, de 2005 a 2012 fue la vicepresidenta primera de la propia Cámara autonómica.
En enero de 2012, y tras las elecciones generales, Mariano Rajoy la designó delegada del Gobierno en Madrid, por lo que tuvo que renunciar a su escaño en la Asamblea. Es al frente de este cargo donde Cifuentes empieza ser reconocida a nivel nacional, ganándose el respeto de altos cargos del partido y convirtiéndose en una de las representantes del PP más solicitadas por la prensa.
Su importancia dentro del partido crece de forma fulgurante durante los dos años al frente de la Delegación del Gobierno. Su voz es escuchada en Génova y se convierte en una dirigente de confianza para Rajoy y Cospedal. Tanto, que el presidente y la secretaria general la eligen como candidata a la Comunidad de Madrid.
Tras las elecciones regionales, y pese a la caída de votos del PP a nivel nacional, y regional consigue mantener el Gobierno autonómico gracias a un pacto con Ciudadanos. Ese triunfo, unido a la caída de Aguirre, la situó como la líder que ya es dentro del PP madrileño y como una de las claras aspirantes a futura presidenta del partido a nivel nacional.
Representante de la “nueva política”
A pesar de su dilatada experiencia en cargos públicos, y a que ya tiene 50 años, Cifuentes es considerada una política joven, con ideas renovadoras, que puede convertirse, dentro del PP, en representante de la llamada “nueva política” que muchos reclaman y que otras formaciones quieren hacer suya.
En ese sentido, las ideas, medidas, y hasta la política de pactos que propone la actual presidenta regional son muy bien vistas por altos cargos del partido, que ven en ella a la persona adecuada para impulsar una renovación del PP, tanto a nivel orgánico como estratégico.
Entre las propuestas de Cifuentes, gusta mucho su defensa de las primarias para elegir candidato a cualquier proceso electoral. También la necesidad de abrir los congresos del partido a la militancia y una reforma del actual Código Ético del partido para evitar nuevos casos de corrupción.
Además, su pacto político con Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, después de aceptar exigencias como una reforma electoral, es considerado por muchos el ejemplo a seguir a nivel nacional en esta y próximas legislaturas, para pasar del “todos contra el PP” a un proceso de entendimiento con otras formaciones para garantizar gobiernos.
Tendrá que hacer frente a importantes escollos
Todas esas propuestas forman parte de las llamadas “fortalezas” de Cifuentes para convertirse en la solución del PP a corto plazo. No obstante, algunas de sus ideas también pueden suponerle un problema a ella misma y al propio partido, que en los últimos cuatro años ha perdido votos del sector más conservador de su electorado.
Por ejemplo, Cifuentes se ha manifestado partidaria, en el tema del aborto, de la ley de plazos aprobada por Zapatero y que no ha sido modificada por el PP, que solo subió la edad para abortar de los 16 a los 18 años. Una actitud pasiva que fue castigada por los votantes, y que también le puede pasar factura a la actual presidenta madrileña.
Por otra parte, la dirigente autonómica también debe ser consciente de que, si decide dar el paso y postularse como futura líder del partido, encontrará enfrente a otros cargos del PP que aspiran a lo mismo. Entre ellos, pueden estar Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Alonso y Pablo Casado.
Además, desde Génova también preocupa que un salto a la política nacional de Cifuentes ponga en peligro el actual Gobierno en la Comunidad de Madrid: las negociaciones con Ciudadanos salieron adelante gracias a ella, y un cambio en la presidencia podía provocar que el partido de Albert Rivera rompiera el pacto de legislatura.
Pese a todo, en la cúpula del PP nacional ven a Cifuentes “con capacidad y ganas” para convertirse en la nueva líder del partido. Solo el tiempo y las decisiones de los actuales responsables del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, permitirán aclarar el futuro de la presidenta autonómica.