¿Por qué está en baja Podemos?
26 de mayo de 2014. Es la fecha histórica para Podemos, el día en que alcanzaron el primer objetivo político que se habían fijado. 1,2 millones de españoles les votaron en las elecciones al Parlamento europeo, convirtiendo a la jovencísima formación en el cuarto partido con representación en Bruselas. Todo ha ocurrido muy rápido con los ‘morados’: sólo tres años después de su nacimiento, se aprecia cierto desgaste en sus líderes, sobre todo en Pablo Iglesias. ¿Por qué está en baja Podemos?
Podemos se constituyó como partido político en marzo de 2014. Apenas tres meses después, daba la sorpresa y entraba en el Parlamento europeo. Lo hizo con fuerza: no obtuvo un escaño o dos, sino que saldó el recuento con cinco diputados, convirtiéndose en la cuarta fuerza de España en Bruselas.
A lo largo de tres años, Podemos ha tenido un recorrido variopinto, plagado de subidas y bajadas electorales y políticas. El segundo asalto fueron las elecciones municipales de mayo de 2015.
El resultado fue histórico: además de condicionar el gobierno de varias decenas de ayuntamientos, se hizo con la alcaldía de las dos principales ciudades españolas, Madrid y Barcelona.
El salto definitivo lo dio en diciembre del mismo año: poco antes de las doce de la noche del día 20, el líder del partido, Pablo Iglesias, comparecía ante los medios para anunciar los 69 escaños que consiguió su partido en las primeras elecciones generales a las que se presentaba. Se convertía en la tercera fuerza parlamentaria, muy por delante de Ciudadanos, que cosechó 40 asientos en el Congreso.
Seis meses después, Podemos batió un nuevo récord, logrando un total de 71 escaños en el Congreso de los diputados, a sólo 14 diputados del PSOE y superando en más de la mitad a Ciudadanos.
Han tocado dinero público
El pasado mes de mayo, los llamados ayuntamientos del cambio, liderados por las marcas municipales de Podemos, pasaron el ecuador de su mandato. El balance, para el partido, ha sido positivo: controlan la administración de 454 localidades y han acumulado experiencia en la gestión pública.
Al otro lado de la balanza, pesan las quejas y el descontento de los ciudadanos de las propias ciudades en las que vencieron. Varios concejales de Ahora Madrid han sufrido escraches en sus propios domicilios y dos de ellos, Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, han sido imputados por malversación en el caso del Open de Tenis de Madrid.
Sin legar a estar imputados, también ha habido decisiones polémicas en la gestión de otros ayuntamientos del cambio como el de Cádiz, cuyo alcalde es José María González ‘Kichi’, que rechazó homenajear a Miguel Ángel Blanco; el de Valencia, cuyo alcalde es Joan Ribó, de Compromís (marca valenciana de Podemos), que ha tomado polémicas decisiones nacionalistas; o el tetrapartito de Pamplona, repartido entre Geroa Bai, Bildu, Podemos y Ezkerra, con sonados homenajes a formaciones próximas a la izquierda abertzale.
La palabra casta ya no se usa
Expertos en consultoría política afirman a El Confidencial Digital que cuando un partido inexperto gana por vez primera unas elecciones y alcanza cargos de gobierno, se pone a prueba su propia capacidad de responder política y administrativamente las demandas, no sólo de sus votantes, sino de todos los ciudadanos.
Éste es el principal reto al que se ha visto sometido Podemos desde mayo de 2015. Las mismas fuentes explican que es inevitable sufrir desgaste electoral en el ejercicio de poder. En el caso de Podemos, este cambio ha sido aún más llamativo, porque han adquirido los vicios que antes criticaban de los otros partidos, a los que llamaban “la casta”, palabra que ya no forma parte de su vocabulario.
Venezuela
Aunque desde Podemos niegan que las acusaciones de estar financiados con dinero venezolano sean ciertas y estén afectando su imagen pública, lo cierto es que la Fiscalía inició una investigación sobre los pagos del Gobierno de Hugo Chávez al fundador del partido, Juan Carlos Monedero.
Según expertos en comunicación política, la imagen de un político investigado, aunque no esté imputado en un procedimiento, debilita sobremanera al personaje y tangencialmente a su formación.
Un mensaje visceral
Al margen de esta piedra en el camino para Monedero, ya que la causa se archivó, la estrategia de comunicación de Podemos como partido ha podido contribuir a generar desconfianza en sus miembros.
Según las mismas fuentes, el mensaje y el tono de los candidatos, militantes y dirigentes de Podemos contiene a veces un ingrediente que “engancha” a muchos votantes pero que también aleja a otros más moderados: la visceralidad.
La división de la sociedad en dos bandos, el resurgir de una dialéctica de ricos enfrentados a pobres, élites contra el pueblo, genera rechazo tanto en un electorado de mayor edad, culto y que ha ejercido profesiones liberales; como en los votantes jóvenes de entre 25 y 30 años de ciudades pequeñas y medianas y con estudios universitarios.
Ambos grupos son más partidarios de mensajes de integración entre las distintas formaciones políticas o los variados estratos sociales.
La adscripción de IU
Por otro lado, al adscripción de Izquierda Unida al grupo parlamentario de Podemos, ahora denominado Unidos Podemos, tampoco ha cosechado un éxito total en las filas de Podemos ni en sus simpatizantes.
La unión del partido de Alberto Garzón fue una estrategia de fortaleza parlamentaria y de unidad de la izquierda, a falta del PSOE, frente a las políticas del PP, partido de Gobierno.
Para algunos simpatizantes de mayor edad de IU, no ha sido acertado unirse a los escaños de Pablo Iglesias porque acabarán fagocitando el partido. IU se ve a sí misma como la izquierda verdadera, heredera del Partido Comunista de Santiago Carrillo y que debería seguir fiel a los postulados de dirigentes como Julio Anguita.
Excesivo control de los medios
Podemos tampoco se ha granjeado los afectos de los grandes medios de comunicación españoles. Varios de sus dirigentes han lanzado en numerosas ocasiones comentarios despectivos hacia las grandes empresas de información, a las que tachan de alineadas con las multinacionales y los políticos corruptos del país.
Incluso Pablo Iglesias ha llegado a desacreditar en público a periodistas de varios medios y ha vetado a ‘El País’, el periódico de mayor tirada en España, en actos del partido. Las críticas también son habituales en las redes sociales.
Asimismo, algunos profesionales de los medios acusan a Podemos de filtrar información y conceder entrevistas sólo a “medios amigos”, favorables a su causa y con una línea editorial semejante a los postulados políticos del partido morado.
Prácticas poco democráticas
Asimismo, se ha criticado a Podemos por lo que algunos llaman “prácticas dictatoriales o poco democráticas” en el seno del partido.
Se trata de purgas internas; por ejemplo, la de Íñigo Errejón, que trató de disputarle el mando a Iglesias, fue relegado a un puesto menor en el Congreso. Al poco de gestarse esta “guerra civil”, Monedero anunció su salida de las filas del partido, aunque ha seguido siendo simpatizante.
La última purga se ha consumado hace pocas semanas, cuando la presidenta del comité de garantías de la ejecutiva, Olga Jiménez, fue destituida del cargo y apartada de Podemos. Jiménez había avisado de que algunos cambios en el reglamento no eran válidos porque no se habían consultado a la militancia.